BARAHONA: 37 años cocinando; vende comida al barrio y obreros zona franca
Barahona.- De sus años de vida, doña Evi Féliz tiene 37 trabajando por cuenta propia, actividad productiva en la que ha logrado levantar a su familia.
Féliz, desde hace un buen tiempo quedó viuda, pero no se echó a morir, aunque su compañero le hacía falta, sobre todo, el equilibrio que se requiere en una familia para la crianza de los hijos.
Tras fallecer su esposo, consiguió la manera de cómo ganarse la vida de manera honrada y seria, sin que sus hijos e hijas u otros familiares directos pudieran avergonzarse de ella: vende comida a precios increíbles que le permiten vivir dignamente.
La mujer que conversó con www.lalupadelsur.com momentos que afanaba para que un anafe encendiera porque “el carbón es un poco malo”, pero por razones de tiempo, ya tenía una paila enorme para hacer un moro de habichuelas negras con coco, pollo y ensalada, el cual vende un servicio a un precio sumamente asequible.
Cualquier persona puede ir a su casa o solicitar un servicio por tan solo RD$60.00 y RD$75.00, un precio muy razonable y que le permite obtener algo de dinero para atender sus problemas personales.
“Ahí me gano mis mil pesos, no tengo que pedírselos a nadie, alimento a mi familia y puedo satisfacer necesidades elementales”, dice la mujer mientras no dejaba de agitar con un objeto el anafe para que encienda rápido.
Tiene fijos 20 empleados que trabajan en la zona franca industrial de aquí, a los cuales de lunes a viernes les lleva la comida al mismo parque industrial, que ellos hacen efectivo el pago cada sábado, que es la fecha de pago.
Además, de vender almuerzo a los obreros de zona franca y personas del sector Baitoíta, donde reside, también es la comida que comen sus hijos y los nietos de esta humilde mujer que entiende es otra ganancia para ella “me sirve de ahorro”.
Trabajo digno
Evi Féliz, cree en el dicho de que dice “el trabajo dignifica a las personas”, alegando que ella encontró en la venta de comida una manera honrada de ganarse el sustento de cada día sin necesidad de hacer cosas que pudieran servir como un mal ejemplo a sus hijos.
Al quedar viuda y sin trabajo, no lo pensó dos veces para seguir con la vida suya y la de su familia hacia adelante e ideó ponerse un negocio de comida que le ha servido de sostén en el tiempo, luego del fallecimiento de su marido.
Aunque vive en un sector en donde permanentemente se producen conflictos sociales, producto de la violencia entre jóvenes rivales que pertenecen a bandas, ella entiende que no hay por qué meterse “en cosas malas” para conseguir lo elemental para la vida cuando puede conseguirse el dinero en el trabajo honrado.
Considera que en su sector, como en los demás barrios de este municipio, viven personas honradas, que solo quieren una oportunidad para desarrollar sus talentos, exhortando a las personas de su comunidad a servir de ejemplo a sus hijos.
Fuente: Ecos del Sur
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